Lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer cuando se pide prestado a la familia
Pedir dinero a tu familia puede ser una gran decisión para tus finanzas cuando no es posible pedir un préstamo al banco, pero no siempre es fácil pedir ayuda.
Recurrir a su familia puede ser una forma más rápida de conseguir el dinero que necesita en caso de emergencia, pero el dinero es un tema delicado.
Si no estás seguro de cómo iniciar la conversación, consulta esta lista de lo que debes y no debes hacer. En ella se establece una pauta de buenas prácticas para garantizar que todos estén contentos con un préstamo familiar.
No se vaya sin un contacto
Una de las mayores ventajas de pedir dinero prestado a la familia es que son familiares y no una institución financiera. A diferencia de una entidad financiera, probablemente no te pedirán que rellenes una solicitud ni que compruebes tu crédito.
Omitir algunas de estas formalidades puede acelerar el proceso, pero debería considerar la posibilidad de redactar un contrato de todos modos.
No tiene por qué ser tan oficial como un acuerdo que firmarías con una institución financiera, pero sí debe definir claramente las expectativas y responsabilidades de todos.
No está de más ser demasiado detallista. Es mejor que se definan los pormenores del acuerdo antes de que el dinero cambie de manos, para que todos sepan lo que se espera de ellos.
Utilice esta lista de preguntas para guiarse en esta tarea:
- ¿Cómo y cuándo vas a devolver el préstamo? ¿Será en cuotas o en un solo pago?
- ¿Tiene su presupuesto espacio suficiente para cubrir estos pagos?
- ¿El banco de papá y mamá aplica intereses, comisiones u otros cargos a sus préstamos?
- ¿Cuál es el recurso de su familia en caso de que algo le impida pagar?
Entiende su parte del trato
Cuando se trata de pedir dinero prestado en un momento de apuro, su prioridad es pagar las facturas. Esa urgencia puede hacer que no veas las preocupaciones de los demás a la hora de prestar dinero.
Es fácil olvidar que incluso la familia puede no preocuparse por sus finanzas tanto como usted. Puede que ni siquiera entiendan por qué necesitas dinero.
Esto supone una gran desconexión entre usted y su familia. Es importante recordar que puede que no conozcan todos los datos que tú das por sentado. Lo único que saben es que les estás pidiendo que pongan sus ahorros en juego.
Probablemente tengas toda la intención de devolverlos, pero las emergencias ocurren, y tu familia arriesga su economía si no puedes pagarlos.
Ver este acuerdo desde su punto de vista puede ayudarte a ajustar tus exigencias, para que tu familia se sienta más cómoda a la hora de prestarte dinero.
No te lo tomes como algo personal
Cuando se trata de la familia, es difícil no tomarse todo como algo personal. Ya sea un comentario fuera de lugar sobre la carrera que has elegido o la camiseta que llevas, sus palabras pueden escocer.
Por eso, cuando se niegan a ayudar, es fácil tomarse a pecho su rechazo. Pero trata de ser objetivo.
Aunque pidas ayuda a la familia, se trata de una decisión financiera con intereses reales. Por mucho que te cueste aceptarlo, tu familia tiene que ocuparse primero de sus finanzas.
También es posible que no estén en condiciones de ayudarte, quieran o no.
Si te dicen que no, no te asustes. Hay otras formas de conseguir los fondos que necesitas cuando se produce un gasto de emergencia inesperado.
Una línea de crédito no garantizada puede ser una forma de obtener el dinero que necesita, incluso si el mal crédito fue la razón por la que recurrió a la familia en busca de ayuda.
El truco es dirigirse a Internet para obtener su línea de crédito sin garantía. Hay una amplia gama de productos en línea. Si buscas bien, puedes encontrar una línea de crédito sin garantía que se adapte a tus necesidades, de modo que aún puedes pedir dinero prestado si tienes mal crédito.
Buena suerte.
El mayor reto de pedir dinero a tu familia es encontrar el valor para hablar. Pero no dejes que la vergüenza silencie tu voz. Todo el mundo necesita ayuda en algún momento, y puede que tu familia esté encantada de ayudarte en tu momento de necesidad. No lo sabrás hasta que lo pidas.